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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

31-01-2010

 

 

Julio A. Louis

 

Certezas y riesgos del gobierno de Mujica.

SURda

 

 

 

LaRca

 

En días comenzará el gobierno de Mujica, que ya ha dado pasos y señales claras de su orientación. Es imprescindible que la izquierda con una concepción socialista reflexione en qué condiciones se asume el gobierno, que se puede esperar de él y qué no; y en función de la situación concreta dada por la correlación de clases (a nivel mundial, regional y nacional), se sepa ubicar. Son interrogantes para afinar, ayudando al gobierno en lo que acierte y criticándolo fraternalmente y sin rodeos cuantas veces sea necesario. Nuestro enfoque de partida, téngase presente, es que son las masas populares las que con su desarrollo de conciencia, capacidad de organización y de lucha, han decidido la elección de este gobierno, el mejor posible; y que sólo con ellas -sin idealizarlas, comprendiendo sus avances y retardos- es que el gobierno avanzará o caerá, presumiblemente `a la chilena'. Sabemos por la experiencia histórica que cuando el pueblo coloca en el gobierno a dirigentes de prestigio, la acción de éstos acelera o retarda su maduración. Y sabemos que no son las presuntas vanguardias, de fraseología socialista o radical, con descalificaciones e insultos estériles, las que harán avanzar el proceso.

 

Hemos reproducido desde esta columna caracterizadas opiniones demostrativas de que esta crisis capitalista mundial es mucho más grave que la de 1929 y que se perfila de larga duración y sin salida a la vista. Más aún, se ha indicado como una de sus características notables su alta velocidad, al punto que se habla de una `turbo-crisis', lo que exige prepararse para bruscos saltos cualitativos, para grandes rupturas.

 

En esa orientación está elaborada la Declaración Final del ALBA (Cochabamba, Octubre de 2009): “1) Por su esencia, el capitalismo y su máxima expresión el imperialismo, están destruyendo la propia existencia de la humanidad y nuestra Madre Tierra. La crisis económica global, la crisis del cambio climático, la crisis alimentaria y la crisis energética son de carácter estructural y se deben, fundamentalmente, a patrones de producción, distribución y consumo insostenibles, a la concentración y acumulación del capital en pocas manos, al saqueo permanente e indiscriminado de los recursos naturales, a la mercantilización de la vida y a la especulación a todos los niveles para beneficio de unos pocos. 2) La crisis económica mundial que se originó en los países desarrollados y de la que no somos responsables, tiene un impacto mayor en los países en desarrollo con el incremento de la pobreza y el desempleo. Lejos de registrarse un financiamiento del norte hacia el sur, se observa una tendencia creciente a una transferencia neta de capitales del sur hacia el norte. Las políticas económicas mundiales dominantes no tienen como propósito promover el bienestar de los seres humanos sino salvar a algunos bancos y empresas.”

 

La del ALBA coincide con la Declaración Constitutiva del Frente Amplio (1971): “Expresamos nuestro hondo convencimiento de que la construcción de una sociedad justa, con sentido nacional y progresista, liberada de la tutela imperial es imposible en los esquemas de un régimen dominado por el gran capital. La ruptura con ese sistema es una condición ineludible de un proceso de cambio de sus caducas estructuras y de conquista de la efectiva independencia de la nación.”

 

Sin embargo, el equipo económico del gobierno de Vázquez y ahora de Mújica, valora de otro modo la crisis, y apuesta y proyecta el crecimiento nacional a partir de la estabilización del sistema. La confianza en éste parece fuera de discusión. Un hecho de gravedad, porque el FA perdería su esencia si se convirtiera en un nuevo partido capitalista, como amenaza la flamante “ëntente” MPP-FLS. La confianza es previsible proviniendo de los `renovadores' convencidos que el imperialismo `ya fue'. Pero ahora habrá que tener muy en cuenta las formulaciones teóricas del MPP. El documento principal a su Congreso (2006) afirma: “El eje, el centro, el objetivo histórico de la nueva estrategia es resolver la contradicción imperio-nación y la elaboración, el desarrollo y la puesta en práctica de un nuevo proyecto nacional. Un modelo de país, integrado a la región y al mundo, a partir del desarrollo del país productivo, con una nueva forma de distribución y el objetivo de crear trabajo nacional.”

 

A pesar que se fundamenta en valoraciones de Vivian Trías, en verdad las desvirtúa. Trías jamás sostuvo la contradicción “imperio-nación”, (toda, como unidad) sí expuesta por revisionistas históricos nacionalistas, como Jaureche. Trías fundamentó que la contradicción principal es entre el imperialismo y la `oligarquía' (la burguesía dominante asociada a él) contra las clases populares. La diferencia no es menor ni inocente. Si se validara la tesis de “imperio contra nación” sería erróneo vincular al imperialismo y al capitalismo y no habría tantos motivos para ser anti-capitalista. El imperialismo se aliaría sólo a la gran industria, al gran comercio internacional y a los grandes productores rurales; o sea, el imperialismo y la oligarquía constituirían sólo un sector del capitalismo, pero cabría otro sector de `capitalismo nacional'. La defensa del `capitalismo nacional' está en la raíz de la indefinición entre explotados y explotadores, emanada de la subvaloración de la categoría de clase social. El minimizar la lucha de clases, afirmar que “Cuba se está cayendo a pedazos”, presentar a Chávez como el que `habla mucho', pronunciarse contra el `catecismo marxista', son pasos dados por Mujica, en consonancia con la defensa del capitalismo, al que pretendería reinventar.

 

Tonta es la oposición a reformas en el sistema, aunque sean parciales, marcando sus límites; y suicida, esperar una marcha lineal de avances en los marcos del sistema. La izquierda se debe este debate, y en él, le va la vida.

 

 

 

 
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